miércoles, 30 de octubre de 2013

El chico de la bici




La parte que mas me gusta de sacar fotos  es sentir esa libertad de poder apuntar a lo que quiera creando el concepto que quiera. Yo lo elijo, yo le doy sentido.  El lugar donde mas me gusta jugar a este juego es en la calle. Y sobre todo en West End, donde hay un desfile de personajes constante.

A todo este sentimiento lo acompaña la adrenalina producto de: “Se dio cuenta?” “Le molesta” “Que no se mueva!” “Se enojo?” “Me vio?”-

Entonces, cada personaje que capturo, para mi pasa a ser importante. Por todo lo que significa el momento, mas allá del concepto que creamos juntos. Me acuerdo de cada uno de ellos, y me encanta cuando, por alguna razón loca del destino, me los vuelvo a cruzar.

He aquí la historia del chico de la bici. Esta foto la saque como hace mes y medio, en la intersección de dos de las calles mas conocidas de West End. Me acuerdo estar parada en el semáforo y verlo frenar ante la luz roja. Ni lo pensé, agarre la cámara y disparé. Me había gustado todo. La composición de la foto, su bici, su casco, su pantalón y remera, su pose, su bolso de COLOMBIA TE QUIERO (que también lo tiene mi hermana) y por supuesto y más importante, sus tatuajes.

No se le veía mucho la cara, asi que sabía que esa foto era el único recuerdo que iba a quedar de el. Esa noche, subi la foto a mi instagram y puse como pie de foto “Nosotros”. No se bien porque, pero imagino que quise etiquetar esa especie de conexión que sentí en el momento.

El lunes pasado, volvía caminando a casa después de una noche muy divertida y se suma a mi caminata un “extraño”. Antes, vale aclarar, que acá es totalmente normal volver caminando a tu casa acompañada por una persona desconocida. La gente camina mucho, y sobre todo a la noche, ya que los bares quedan cerca y no es una buena idea llevar la bici o el auto si vas a tomar alcohol.

Bueno, volviendo al extraño, me llamo la atención no solo porque tenía mucha onda sino porque empezamos a hablar con naturalidad enseguida. El primer tema de charla fue intentar descifrar de donde venía mi acento. Pensó que era francesa. Pero cuando le dije que venia de “South America” se le iluminaron los ojos. Y me contesto en español: yo viví 4 años en varios países de sudamerica, uno de ellos, Argentina. Su español era perfecto. Tan perfecto que empecé a dudar de su nacionalidad australiana. Casi ni se le notaba el acento. Lo mas lindo es que como había vivido en tantos lugares tenía una mezcla de todos los dialectos. Me decía “parce” por Colombia, y me trataba de usted. De repente aparecía el “vos”.  Y sino, aparecía el cantadito bien portugués.

La caminata de vuelta a casa fue super interesante. Disfruté mucho poder hablar con alguien tan fluido español y tan fluido en ingles. Había vuelto de su viaje hace unos meses entonces tenía las emociones latinas a flor de piel. Tal como me pasa a mi. Extrañábamos las mismas cosas y las podíamos compartir. Podía sentir esa conexión. Esa energía que hace mucho no compartía con alguien.

Cuando llegamos a la puerta de casa, nuestra charla claramente no había terminado entonces lo invite a tomar agua y comer una naranja ya que eso era lo único que tenía en mi heladera.

Comiendo la naranja de a gajitos seguimos hablando. Le conté acerca de mis fotos, los tatuajes, mi vida. Le encanto lo que hacía y se saco el sweater para mostrarme sus tatuajes. En el pecho tenía tres calaveras mexicanas, como la mía. Tenía figuras geométricas en líneas de colores también parecidas a las mías.  Tenía varios, y todos con una historia detrás. Como los míos.

Y acá es cuando viene la parte “Flash” de la historia. Uso esa palabra porque es la que use en el momento y causó mucha risa, así que la bautizamos así.

Hablando de las fotos, me pidió que le muestre lo que hago. Claro que me encanto la idea, y nos pusimos cómodos frente a mi computadora. Empiezo a pasar las fotos y de repente me dice:
-       
         ESE SOY YO! –

Y si, tenía sentado al lado mío al chico de la bici.

No lo podíamos creer. Un FLASH, como dijimos en ese momento.

No se que le habrá producido a él; capaz le dio un poco de miedo, capaz se sintió desnudo. No se. No me dijo. Solo me sonrió.

Pero a mi, me dejo muda. Y me dejó pensando en el destino, en la vida, en las conexiones, en las energías.

¿Será que nos teníamos que conocer? ¿Será que esa energía que sentí apenas se me puso a caminar al lado es la misma que me llevo a sacarle la foto?

Sin duda esta es una de mis historias preferidas que me llevo de West End. El chico de la Bici es la clara evidencia de que somos fuente de energía. Se ve que nuestras energías se atraen tanto que la vida nos hizo caminar al lado.

Además de una linda anécdota, también me quedó un amigo. Esos amigos de la vida y el arte que son mis preferidos en la lista de amigos. Gracias! Lindo conocerte. Lindo compartir.


miércoles, 23 de octubre de 2013

EXTRAÑAR BANDA A LA BANDA





Sabía que iba a pasar. Obvio que lo sabía. Pero cuando tenes tanta aventura llena de sensaciones y emociones por delante,  pensas en la minima posibilidad de “no extrañar tanto”. Bull Shit. Las extraño todos los días.

A ver, tener a Cali todos los días conmigo, hace que todo sea mucho más fácil. Pero cuando los días empiezan a pasar, y el tiempo empieza a tener efecto, aparece esa sensación que proviene del verbo “extrañar” que no se si alguna vez la sintieron, pero en mi opinión, es una de las peores. Por suerte, como todo lo que esta pasando es tan increíble, el extrañar aparece cuando uno piensa en el otro. Si no se piensa mucho, no se extraña. Pero mi madre parió a una eterna “pensadora”, por ende, el no pensar en que me esta pasando es inevitable. Y ahí es cuando aparecen esos estrujones de pecho que me recuerdan cuanto las extraño.


(Le estoy poniendo drama al relato eh, tranquilas que estoy en Australia pasándola b o m b a)



El  otro día caminando con Cali le pregunte: no te pasa que cuando ves grupos de amigas no parecen amigas? Jure que no iba a saber de que estaba hablando. Por un lado porque mi pregunta estaba bastante mal formulada, pero por el otro, porque pensé que yo sola lo había notado. Y me respondió: SI!!! Me re pasa. Nos entendimos enseguida.


Paso a explicar la situación. Al trabajar ambas en lugares donde la gente suele ir con amigos a compartir un momento, pudimos sacar varias conclusiones.  No se ve ese noseque que hay entre amigos. Parecen reuniones de gente que recién se conoce. No se escuchan risas desenfrenadas, algún que otro grito, o ese “QUEEEE” típico entre mujeres cuando una cuenta por ejemplo que su ex va a ser papa y que la madre es esa chica que se fue del colegio cuando estaban en 7mo grado. Ni hablar de ver algún abrazo, apretujon de manos o contacto físico con el otro.


Eso extraño. Salir con mis amigas a comer, a tomar algo,  y que la mesa no pueda parar de moverse. O juntarnos en el sillón de alguna casa  a hacernos bolita, rodete en la cabeza, comer algo rico y no parar de reírnos. Esa “chispa” que hace que la persona pase a ser una parte tuya, a quien le compartís tu intimidad y la haces parte de tu día, de tu vida. Júzguenme de cursi, pero yo creo que cada una de mis amigas tiene un pedacito de mi. Y que se lo presto para compartirlo y que lo cuide. Y viceversa.


Creo que esta parte del viaje es la que me esta costando mas. Skype y sus derivados ayudan un montón. Pero a veces las ganas de pasar la pantalla me sobrepasan. Esta bueno estar viviendo todo esto. Porque claro que sabía que las quería mucho, pero sentirlo así de fuerte me hace reafirmarlo y agradecer que las tengo. Mirar de lejos, alejarse, volver, encontrar, descubrir. Eso me esta pasando con ustedes.


"Las despedidas iban a matarme. Pero el día que te diga todo esto, seguramente habré entendido que en algunas cuestiones la mejor perspectiva la dan los años, no los kilómetros. Me habré dado cuenta de cómo me preocupaba por las cosas, cómo sufría innecesariamente, cómo suponía un futuro que no podía predecir. Y para ese entonces también habré comprobado que en cada una de mis vueltas a casa sentí lo mismo: que, entre las personas que quería y yo, el tiempo no había pasado, que la amistad no se había ido de viaje para siempre, sino que seguía ahí, intacta."

viernes, 11 de octubre de 2013

DECISIONES




Y de repente te encontras haciendo decisiones todos los días y casi a cada hora. Porque ahora ya no hay nadie que decida por vos. Tu cabeza, tu cuerpo y tu corazón se tienen que intentar poner de acuerdo a cada rato para armar un lindo camino. Y como cuesta!

Hay diferentes tipos de decisiones. Las cotidianas,como: desayuno cereales o tostadas? Me baño a la mañana o a la noche?. Las económicas, como: vamos a comer afuera o cocinamos y ahorramos? Me tomo el bondi o camino? Las sociales, como: salgo con esta nueva amiga y sus amigos a ver si conozco mas gente o me quedo en casa tranquila viendo una película? Las definitivas, como: me voy de esta ciudad o me quedo un mes mas? Acepto ese trabajo?

Desde que empezó el viaje aparecieron todas. Y no es que antes no estaban, sino que la vida de antes era menos pensada. Era un poco mas estructurada, quizás tenia una rutina, pero sobretodo, las decisiones no recaían solo en mi. Tenia una red de personas que podían llegar a influir o a hacerse cargo de algunas de mis decisiones. Ahora eso ya no 
esta. Ahora cada pasito, define.

Y así fue como esta última semana apareció el momento de tomar una de las decisiones mas difíciles en estos últimos años. Sin exagerar.

De un día para el otro conseguí un laburazo. Asistente de fotografía para un estudio que se especializa en porfolios para chicos. Buenas horas de trabajo, buen sueldo, y posibilidad de viajar por todo Australia. Parece como si la decisión fuese fácil de tomar, pero no, todo lo contrario. El detalle de la propuesta es que me querían meter en un avión, dos días después de haberme contratado, con destino a Townsville (500km de Brisbane). Hasta ahí sonaba un poco rápido pero desafiante. Estaba a punto de aceptar cuando me comunican que después de Townsville tenía otros destinos, es decir, que no volvía a pisar Brisbane hasta nuevo aviso.

Y acá empieza el estrés de la decisión:

¿Y qué va a pasar con mi casa? ¿No vuelvo mas?
¿ Y con quien voy a vivir alla?
¿Y Cali?
¿Y mis amigos?
¿Y mis planes de ir a Sydney para el verano?
¿Y el viaje en campervan con Cali?
¿ Y para mi cumpleaños voy a estar sola?

Fueron dos días en los que sentí que la cabeza me iba a explotar. Cali me miraba. Se acercaba y me abrazaba. Se ponía nerviosa y decía cualquier cosa. Se reía. Nos poníamos tristes, nos poníamos felices. No sabíamos que hacer! Ninguna sabía como reaccionar, que es lo que estaba bien y que mal. ¿Había algo bueno y algo malo?

En fin, la historia termina después de varias charlas con grandes personajes de mi vida quienes me conocen y saben encaminarme. O mejor dicho, darme el consejo mas acorde. El final se resume en no aceptar la propuesta. Principalmente porque si hay algo que aprender acerca de las decisiones, es que hay que tener el tiempo necesario (sea mucho o poco) para tomarlas. Cada decisión merece su tiempo de reflexión. Esta bueno a veces “pensar rápido”, así se van los miedos. Pero cuando la consecuencia es grande, mejor respirar hondo, tomarse unos días y dejarlo decantar.

Y ahora…..Feliz de estar un mes mas en el glorioso WEST END!

miércoles, 2 de octubre de 2013

SURF N INK


Hace años que me enloquece el mundo del tatuaje pero me costo entender que tipo de protagonismo tenía en mi vida. Creo que la gran puerta fue compartir años con una persona “del palo” como le dicen a aquellos portadores o creadores de tatuajes. Pero como bien dije antes, fue una puerta que se abrió a un lugar lleno de cosas que ya estaban listas para salir.

En este último tiempo aprendí muchísimo y sobre todo pude ordenar y entender como es que llegue hasta este arte que hoy en día es una de las cosas que puedo afirmar que me apasionan.

“What some people think makes us strange or weird we think is what makes us beautiful”
Cuando me preguntaron porque me tatuaba respondí que creía que era el mayor compromiso para expresar una idea. Cada idea con su mundo y cada diseño con su persona. Además de las increíbles variables de artes que lo respaldan, es la forma de expresión mas fiel, aquella que nos queda en la piel como un modo de presentación para toda la vida.
El “para toda la vida” es difícil de manejar, por eso admiro aquellos que deciden comprometerse, son grandes valientes. . Para ser valiente,hay que ser apasionados. Tener convicción y seguridad en un estilo de vida o filosofía del pensar. Cada línea desborda de pasión; desde la mano del tatuador apasionado por su trabajo hasta las expresiones de una cara perdida en el dolor pero feliz de casarse con sus pensamientos. . Sin prejuicios! Todo somos iguales: nos enamoramos, lloramos, nos reímos,nos abrazamos, nos enojamos, nos equivocamos. Lo único que nos separa es la forma de comunicarnos.

Esto lo escribí para mi primera exposición de fotos acerca del tatuaje. Con la fotografía es como resolví llegar a aportar un poco de mi a este mundo. Me encanta. Me hace feliz. Es raro de explicar, o sobretodo de poder transmitir. Creo que las charlas mas profundas acerca del tema solo las consegui con tatuadores. ¿Sera que nos entendemos, o hablamos el mismo idoma?

Y Australia vuelve a cobrar protagonismo en mi vida. Y de la mejor manera. Me dio la oportunidad de trabajar como fotógrafa en un gran festival donde se juntaron artistas de todo el mundo y sin duda grandes piezas de arte. Conocí, fotografié, charle, abrace a grosos y me lleve una gran cajita de anecdotas para la mochila viajera.

Pero lo que mas me gusta de este país en relación al tatuaje es que no hay prejuicios. El 60% de la gente esta tatuada, RE tatuada, y eso no condiciona su forma de vida, su tipo de trabajo o su forma de ser. El tatuaje tiene el respeto que se merece y la gente lo lleva con orgullo sin miedo a condenarse a una vida de limitaciones o prejuicios. Cosas como : “Y que van a decir tus hijos?” “Y si en unos años te arrepentís?” “Si te gusta tanto, porque no pintas un cuadro?” ya son obsoletas.

Fueron tres días de absorber arte, aprender estilos, incorporar diseños y sobretodo conocer grandes personas que espero que siempre queden latiendo para nunca olvidar. Pero lo mas importante, fue aprender que cuando uno siente, quiere y desea algo, si se concentra en llegar….se llega. Y asi me toco a mi estos días dar un paso mas a lo que hoy realmente me hace desbordar de sonrisas. Con linda energía todo llega!

Cierro con una frase de Nathan Lavell:

“You are stuck to me as a buddy for life. Being honest, the people i meet and frienships I make from tattooing mean the world to me, its defenitly a life connetion”

(SMS enviado dos horas después de tatuarme)